Allá por Hiwatha St. quedaron todos mis sueños. Enterrados bajo el árbol del jardín de una vieja casa, sin persianas, con rincones polvorientos... Eran días de sol y nuevas ilusiones, días del sueño americano. Vivía mi alma aún conmigo y amaba aún sentirme perdida entre desconciertos.
Algún día volveré a Hiwatha St., lo presiento. Un día en que alguien me exija desenterrar el pasado y se preocupe por lo que siento, una mañana en la que mis pensamientos tengan valor por sí mismos y no sean nimias obviedades, una tarde en la que mis palabras lleguen a corazones y no a oídos. Ese día volveré. Y temed, porque en Hiwatha están enterrados todos mis sueños.
Cuento de Navidad (y otros asuntos republicanos)
Hace 4 años
2 comentarios:
Claro que hay que volver, porque una persona sin sueños es menos personas.
Hay que encontrar el momento clave para desenterrarlos y luchar por ellos porque seguro que merece la pena.
Bienvenida al universo blogger y te cuidado que engancha
Besitos
A veces a fuerza de decepciones se van quedando olvidados:
"Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa"
Seguro que te suena, es de una rima de Bécquer :)
Pero estoy de acuerdo en que hay que luchar, ¡muchas gracias por la bienvenida! Un beso
Publicar un comentario